miércoles, 10 de diciembre de 2008

Abrahel, la reina de los súcubos

"Pero todos los que hablaban de haber tenido trato carnal con un demonio, afirmaron que no podían imaginarse nada más repulsivo. En Dalheim, Petronio de Armantiere afirmó que tan pronto como abrazaba a Abrahel, los miembros se le volvían rígidos.”

Daemonolatreiae libri tres", Nicholas Remy


Abrahel, predominante súcubo (escritos también hablan de un demonio masculino que adopta la forma una mujer) de singular belleza y peculiar hedor que gracias a sus encantos es capaz de seducir a los incautos campesinos, que se rinden ante exuberantes atributos, poseedora de una belleza fantástica que cautiva y mata a quienes son atrapados, sus reales propósitos son mortíferos, debido a que esta bella y dispuesta mujer busca conformar un sequito que siga la venerable figura de Satanás en la tierra.

La leyenda cuenta la locura que se produjo en un humilde pastor, Pierrot, que se enamoró de la figura femenina de Abrahel y decidió sacrificar a su hijo dándole una manzana envenenada, el niño murió y después de consumar el acto con el demonio y descubrir el crimen que había cometido enloqueció, adorando a Abrahel como un Dios bajo la promesa que esta resucitaría al hijo muerto, el niño volvió en si pero su alma era oscura y dominada por Abrahel, estuvo poseído por el demonio durante un año hasta que lo abandonó y nuevamente el cuerpo quedo muerto y vacío y despidiendo el peculiar hedor.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Abadón, ángel del abismo

" Del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder, como el poder que tienen los escorpiones de la tierra. Se les mandó que no dañaran la hierba de la tierra, ni cosa verde alguna ni ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes. Pero no se les permitió que los mataran, sino que los atormentaran cinco meses; y su tormento era como el tormento del escorpión cuando hiere al hombre. En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro, sus caras eran como caras humanas, tenían cabello como cabello de mujer y sus dientes eran como de leones;tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;tenían colas como de escorpiones, y también aguijones, y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.

Sobre ellos tienen como rey al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión."

Libro del Apocalypsis

Abadón o Abaddon (del hebreo אבדון Avadon, ‘destrucción’ o ‘perdición’, también Abbadón, Addadomna, Apollyn y Apollyon): el ángel o estrella del abismo sin fondo que encadena a Satán por mil años; jefe de la séptima jerarquía de demonios, saltamontes simbólicos que salen de los pozos del Abismo con cabeza humana, cabellos de mujer, dientes de león, cola de escorpión, armados con corazas de hierro y coronas de oro. Algunos demonógrafos le consideraban el causante de las guerras, conflagraciones y cataclismos. Su nombre proviene de la palabra hebrea equivalente a ‘pérdida, ruina, muerte’; en griego deriva de apolyon, que el vulgo traduce por exterminans, es decir, ‘exterminador’. Se dice que fue el ángel invocado por Moises para que enviara las terribles lluvias que arrasaron Egipto.

No se puede decir que Abaddon sea un demonio malvado, pues suyo es el dominio del Caos y la Destrucción, que no conoce motivos, ni es corrompido por deseo o aspiración alguna. Es el Fin en sí mismo, y su poder es definitivo e implacable como el Destino. No hay escapatoría, pues a todo (ángeles, demonios, mortales, dioses, universos y sueños) les llega su final antes o después. Paciente, sereno, observa la oculta arquitectura de la realidad, con la mirada fija en un orden que nadie más puede comprender.


Nomenclatura demoníaca - Letra A

Aamón

Abaddón

Abalám (Abalán): príncipe del infierno, poco conocido y perteneciente a la corte y séquito del rey Paymón. Presenta la figura de una mujer coronada de una diadema centelleante de piedras preciosas. Comanda doscientas legiones de ángeles rebeldes y de fuerzas infernales.

Abdiel (del árabe abd- es un prefijo que se traduce como ‘esclavo’): demonio árabe; Señor de los esclavos y la esclavitud.

Abducius: demonio que desarraigaba árboles enormes y aplastaba a los hombres con ellos.

Abduxuel: uno de los demonios gobernantes de las mansiones lunares, de acuerdo a la tradición de Enoch.

Abrahel

Abraxas

Abyssus: su nombre significa ‘desesperado’.

Acatriel: uno de los tres príncipes de los buenos demonios (en la cábala hebrea, que admite demonios de dos clases).

Acham: demonio de orden inferior, que se conjura el día jueves y al que le gusta el pan.

Aclahayir: genio y espíritu de la cuarta hora del Nuctemeron.

Adonis (Adón, Dumuzi y Tammuz)

Adriel: uno de los demonios de las mansiones de la Luna, de acuerdo con la tradición enochiana.

Af: demonio menor en la mitología hebrea, con cabeza de carnero; es originario de Nubia y Abisinia.

Agagliareth, también conocido como Agaliarept y Agliaret: gran general del infierno, comandante de la segunda legión; posee el poder de descubrir todos los secretos, y domina en Europa y en Asia Menor. Manda sobre Buer, Gusoyn y Botis.

Agares: gran duque infiernal que puede hacer que los fugitivos regresen, causar terremotos y enseñar lenguas, encontrando placer en dar a conocer expresiones inmorales.

Agatión, también conocido como Agathión o Agazión: demonio familiar que sólo se presenta al mediodía; aparece en forma humana o de animal doméstico y, en ocasiones, se deja encerrar en un talismán, botella o círculo mágico para mejor servir a quienes lo invocan, pese a que su poder es muy limitado.

Agnan, también conocido como Agnián, Añá y Añán: espíritu malvado de los tupinambás, en Brasil; se le atribuía el poder de sacar a los muertos de la sepultura, si los parientes no dejaban ofrendas. Torturaba a los humanos y se le podía ver en cualquier lugar bajo diferentes formas.

Agramón: demonio del miedo.

Agrat-Bat-Mahlaht

Ahazu, el Aferrador: demonio babilónico que provocaba las enfermedades; espíritu de la noche.

Ahpuch, también conocido como Ah Puch, Yum-Cimil, Mitnal y Hunhau: demonio maya. Tenebroso dios de la muerte, representado en forma de cadáver parcialmente putrefacto, con el esqueleto y el cráneo visibles; en otras ocasiones, se lo ve en forma de hombre con cabeza de búho. Preside el Mitnal (noveno y más profundo de los mundos inferiores); los mayas creen que viajaba por las casas de las personas enfermas, buscando nuevas víctimas.

Akibel, también conocido como Akikel: uno de los 200 ángeles que, bajo el mando de Azazel, corrompió y enseñó a los humanos los signos de la Cábala.

Al Rinach, también conocido como Alrinach, Albinach y Aldinach: demonio de Occidente (Egipto) que preside las tormentas, los terremotos, las lluvias, las granizadas y los maremotos; a menudo hunde los navíos, y se deja ver en figura de mujer.

Alecto: una de las tres Furias (Euménides o Erinias) griegas del Tártaro.

Algol: demonio de los astrólogos árabes.

Allatou: demonio femenino, esposa de Nergal; tentaba a las personas a realizar actos inmorales.

Alpiel: demonio de poca categoría, de carácter indolente y bucólico; se especializa en proteger los árboles frutales.

Alricaus: demonio que se conjura el sábado; es el jefe de guerra que manda sobre 22 legiones de diablos. Enseña lógica y psicología a quienes le sirven.

Aluca, también conocida como Alouqua: demonio femenino; súcubo que actúa como un vampiro, agota a los hombres y les lleva al suicidio.

Alukah: ente infernal de la mitología hebrea, de origen babilónico. Chupa la sangre de las personas mientras duermen.

Amane: uno de los 200 ángeles que —bajo el mando de Samyaza— se rebelaron contra Dios al descender a la Tierra y unirse a los hombres y enseñarles las ciencias prohibidas.

Amazarac: uno de los 200 ángeles rebeldes que descendió del Cielo y enseño a los humanos todos los secretos de la hechicería y los encantamientos.

Amdusias: duque infernal de imagen humana o de unicornio que, al ser convocado, viene acompañado por un sonido de trompetas. Los árboles se inclinan según él desee.

Amoymón, también conocido como Amaimón y Amoimon: rey infernal (uno de los cuatro, en la parte oriental), y príncipe de la monarquía; se le evoca por la mañana, desde las 9 a las 12, y por la tarde de 15 a 18 horas; aparece rodeado de llamas, enseña astrología y artes liberales, descubre a sus amigos los tesoros guardados por los demonios. Comanda a los ángeles caídos y a las Potencias, y ordena 36 legiones; su lugarteniente es Asmoda (o Asmodeo), el primer príncipe de sus Estados.

Anamelech, también conocido como Anamalech: su nombre significa ‘buen rey’. Es un demonio oscuro, portador de malas noticias; cuando se hace visible, adopta la forma de una perdiz. Era adorado en Sefaraim (Asiria). Algunos estudiosos de demonología sostienen que este diablo es la Luna, como Adramelek es el Sol.

Anazareth, también conocido como Anazarel: demonio encargado de la custodia de los tesoros subterráneos; junto a Gaziel y Fecor, conmueve los cimientos de las casas, provoca las tempestades, toca las campanas a medianoche, hace aparecer espectros e inspira terrores nocturnos. Su estigma es que no puede conocer el amor.

Andromalius: conde infernal que puede devolver tanto al ladrón como los bienes robados, castigar a los ladrones y otras personas malvadas y descubrir tesoros ocultos.

Aneberg, también conocido como Anabergo y Anneberg: demonio alemán, con aspecto de macho cabrío con cuernos de oro, o bien como un gigantesco caballo con un gran cuello, que vive bajo tierra y carece de todo rasgo amable; es el terror de los mineros, ya que muchos de ellos mueren al contacto con su espantoso aliento.

Anubis: dios egipcio de la muerte y amo del infierno (V dinastía), hijo de Set y Nephtys, con cabeza de chacal o de gavilán. Patrón de los embalsamadores, conducía las almas para ser sentenciadas en juicio respecto de su futuro.

Any: demonio que preside el infierno.

Aqueronte: demonio-río griego de los infiernos. Nadie podía atravesar dos veces el Aqueronte.

Aquiel: demonio que se evoca los domingos a la medianoche en un lugar desierto, el rito del conjuro debe hacerse con luna nueva o con el cielo tapado con nubarrones, y el cual pide a cambio un pelo de la cabeza.

Arachula: espíritu maligno del aire.

Araco, también conocido como Arakho: demonio que arrebataba el vino de la inmortalidad y lucha contra el Sol y la Luna.

Ardad: demonio que conduce a los viajeros extraviados.

Ariel: en la mitología hebrea, espíritu demoníaco del aire (más específicamente de los vientos). En el del islamismo, arcángel de Dios, identificado como un hombre con cara de león.

Arioc: demonio de la venganza.

Arioch: uno de los ángeles caídos que fue castigado por seguir la rebelión de Satanás.

Ascaroth: demonio que protege a los espías y los delatores; depende de Nergal.

Ascicikpasa, también conocido como Asic-Pachá o Ascik-Pacha: demonio turco, relacionado con el amor y el erotismo. Favorece las intrigas secretas, facilita los partos y los medios para romper encantamientos.

Asima: dios macho cabrío de Siria, adorado también en Samaria. Demonio que ríe cuando hace el mal.

Asmodeo, también conocido como Asmodai, Sydonai, Chammadai, Asmodeus y Asmodaeus): demonio persa de la religión mazdiana (zoroastriana). En el Libro de Tobit, Asmodeo se enamora de Sara, hija de Raquel, y cada vez que aquélla contrae matrimonio, mata al marido la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio.

Asmoug, también conocido como Aschmog: demonio de Persia, que siembra las disensiones, querellas y pleitos, bajo las órdenes de Ahrimán; se representaba como una serpiente infernal con dos patas, que produce todos los animales venenosos.

Astaroth: duque infernal cuyos principales ayudantes son tres demonios llamados Aamon, Pruslas y Barbatos.

Astarté, también conocida como Baalit, Astartea, Estarot y Diana: reina de los espíritus de la muerte y esposa de Astaroth; preside los placeres del amor, su figura tiene cabeza de ternero con cuernos, y una cruz en la mano. Tuvo dos hijos: el Deseo y el Amor.

Até: divinidad maléfica griega, hija de Zeus y Eris (la discordia); personificaba la venganza, la injusticia, la perversidad, la fatalidad, el mal como condición humana o el arrebato y el extravío de la irreflexión. Habitaba en el Olimpo, pero fue expulsada por sembrar la discordia; sutil y voladora, no tocaba el suelo, vagando siempre a la altura de las cabezas de los hombres para inspirarles el mal, y su carácter abstracto y vengativo recuerda el de Erinys y Némesis.

Athatriel: ángel caído, condenado por no estar de acuerdo ni con Dios ni con Luzbel.

Átropos: la mayor de las tres Parcas (o Moiras) griegas, hijas de Zeus y Temis, las cuales regían el destino de los mortales. Átropos se encargaba de cortar el hilo de la vida.

Avang Dhu: su nombre significa ‘castor negro’. Es un demonio celta, destructor de la obra del demiurgo (Poder creador universal), representado en la forma de un dragón.

Azael: demonio atractivo y seductor, que enseñó a las mujeres el arte de maquillarse y la cosmética en general. Fue uno de los ángeles que se rebelaron contra Dios, bajo el mando de Azazel y Samyaza. Se dice que está encadenado sobre piedras puntiagudas en un lugar oscuro del desierto, esperando el Juicio Final.

Azaradel: uno de los demonios bajo el mando de Samael, Azazel y Samyaza, que ilustró a los seres humanos sobre el conocimiento de la Luna y su influencia sobre la Creación.

Azazel (‘cabra de emisario’ o ‘chivo expiatorio’): entidad demoníaca de la mitología hebrea.

Azebel: demonio de segundo orden de la mitología hebrea.

Azhi Dahaka, también llamado Azi Dahaka, Azi Dahak, Dahaka y Dahak: figura demoníaca de la Persia zoroástrica.

Azlat: demonio de la mitología hebrea.

Azrael, también conocido como Ezrael, Izra'il, Izrafil, Abu-Jahia y Abou-Jaria: en el islamismo, el Ángel de la Muerte; demonio musulmán cuya categoría es de Arcángel. Fue el lugarteniente de Lucifer durante la rebelión; está cubierto con un millón de velos, es más grande que los cielos, y el mundo se encuentra en sus manos como un plato, del que puede comer cuanto quiere. Tiene cuatro caras: una adelante, otra arriba de la cabeza, otra detrás, y la última debajo de los pies, posee cuatro alas y su cuerpo está cubierto de innumerables ojos: cada vez que cierra uno, muere un ser humano.